miércoles, 16 de noviembre de 2011

...Al fin =)!

No sabía cuánto iba a tardar en recuperarme totalmente. Al principio creía que nunca volvería a ser lo mismo, pero luego poco a poco fui viendo la salida y con muchas fuerzas lo he conseguido.
Porque sabemos cuánto puede durar una enfermedad, sabemos cuándo puede durar un mal día, sabemos cuándo puede durar una clase aburrida o incluso cuanto vamos a tardar en comernos eso que tanto nos gusta, pero ¿sabemos cuánto puede tardar en reponerse un corazón triste? O peor, ¿Cuánto puede tardar en reponerse un corazón roto?
No.
Somos capaces de curar enfermedades graves como el cáncer, pero no sabemos tratamientos contra el desamor que  sean cien por cien efectivos, y es que el desamor es una de las peores enfermedades del corazón. Y entonces nos empezamos a preguntar: ¿Cuánto me va a costar superar esto? ¿Cómo voy a salir de aquí? ¿Realmente lo llegare a superar algún día?
Pues bien, siento deciros que nada es para siempre ni el amor, ni el desamor, con fuerza y positivismo todo lo podemos superar, antes o después, y recordando siempre que nunca sabemos lo que puede pasar y que cuando una puerta se cierra, otra se abre.

viernes, 14 de octubre de 2011

Dime..¿donde están?

Donde quedaron todas esas promesas,
que nos hicimos ayer,
donde olvidaste las caricias,
que con amor te entregue,
donde dejamos esos sentimientos,
que nos hacían arder.
¿Dónde?
Dime, ¿Dónde están ahora?
dime donde están, que los pueda volver a recoger.
Y así devolverlos a nuestros corazones,
que olvidaron los buenos momentos del ayer.




Que fácil es recordar y que difícil olvidar...*

miércoles, 5 de octubre de 2011

Un enorme y delicioso error...

Nunca he sido un chica de límites y menos de prohibiciones, más bien al contrario; mi frase preferida cuando era pequeña era “no hagas eso sino…”, el sino era superior a mí, no pasaban ni cinco segundos y ya estaba haciéndolo.
Ahora que ya soy un poco más mayor, he cambiado el “no hagas eso sino…” por el “no debería sino…”, lo que no había cambiado era la fuerza incontrolable que escondía esa frase para mí, ese día la frase se completo con “no debería quedar con él sino…”. Y claro, quedé, era algo sobre natural, la expresión y la atracción que tenía hacia él. David era un capullo (sí, sí un total capullo), un atractivo capullo, es decir, ese tipo de chico que era capaz de encandilarte con la mirada (con su preciosa mirada) y a la vez decirte cosas bonitas y totalmente realistas sobre el futuro que tenías juntos (claro reales en ese momento solo, luego ya…) y al día siguiente se olvidaba de ti.
Y ¿Cómo lo sabía? Porque ya me había pasado con él.
Y ¿Volvería a caer en el mismo error? Por supuesto, no era perfecta, ni pretendía serlo.
Esa noche, vino a recogerme con su especial coche de estilo particular como él. Me sorprendió a mi misma lo nerviosa que estaba por verle, y lo tranquilo que aparentaba estar él.
Al subirme al coche empezamos a hablar de cosas sin importancia, de nuestros planes para un futuro no muy lejano y de los cambios que quería hacer él en su vida, en la que obviamente no aparecía yo.
Fuimos a su local, a ver una película, allí con la poca luz que dejaba la pantalla ocurrió. Primero me cogió la mano y me dijo “te he echado de menos”, entonces me miro fijamente a los ojos, se fijo en mis labios y acto reflejo yo me fije en los suyos, y nos besamosesa noche compartimos más que besos y caricias
Más tarde, al dejarme en casa se despidió con dos besos como sí no hubiera pasado nada especial, como si fuéramos simples amigos, como si fuera algo normal lo que habíamos compartido, como una noche más. Y sus últimas palabras fueron “Ya hablaremos” y se fue.
Me quede en la calle casi sin poder moverme, estaba confundida por lo rápido que había pasado la noche y lo extraña que me sentía; ¿sí había pasado la noche con el chico que me gustaba desde hacía tiempo, porque no estaba radiante de felicidad?
Solo sentía vacio, vacio dentro de mí. Al principio, los besos habían sido apasionados, pero al final solo había sido un pasatiempo para él, una distracción más, no había sentido nada, bueno sí, un gran y odioso vacío.

domingo, 2 de octubre de 2011

Y solo quedaran pétalos...

Era un domingo sobre las 12 y media del mediodía, me desperté con una sonrisa en la boca, había dormido genial y mi despertar era mejor aún, ya que estaba él a mi lado. La noche anterior, habíamos celebrado que llevábamos dos años juntos, era increíble, como pasaba el tiempo y lo poco que afectaba a mi amor hacia él, pero lo más increíble era lo especial que era para mí y que cada día lo quería más. 
Al celebrar nuestro segundo aniversario, me invito a cenar a su casa, cocinaba él, de primero hizo tagliatelle a la panna era mi plato favorito, me encantaba y encima le había salido buenísimo, después de postre mousse de chocolate, ¡dios estaba todo genial!
Pero lo mejor de la cena sin duda era él, era atento y amable, inteligente y divertido, lo tenía todo. Una vez acabamos de cenar, estuvimos viendo una peli que elegimos entre los dos, no dio tiempo de acabar la película, cuando me beso suavemente y me dijo “creo que aún te queda chocolate, tendré que quitártelo”, y me beso otra vez suavemente, me quería morir, sentí un escalofrió por todo el cuerpo impresionante, que me puso la carne de gallina, es increible cuando te recorre por todo el cuerpo esa sensación que te hace perder la razón. Entonces, empezamos a besarnos sin prisa, pues teníamos todo la noche para nosotros.
De repente se separo de mí y me dijo:
-Tengo una sorpresa para ti, cierra los ojos y cuando te diga vienes, ¿vale cariño?-Él
Yo asentí, pues que podía hacer, estaba embriaga, embriaga de amor y de chocolate jaja
Al cabo de unos minutos, me llamo y fui por el pasillo que llevaba a su habitación. Había hecho un camino con pétalos de rosa y velas, al llegar a la habitación vi que encima de la cama había un regalo, junto a un montón de pétalos de rosa.
Me indico que pasara y que abriera el regalo, yo entusiasmada lo abrí, era una caja de madera, con sus iniciales y las mías grabadas, y dentro una foto nuestra de fondo, era genial, lo había hecho él, en cada lado tenía una fecha importante para nosotros, nuestra primera cita, nuestro primer beso, el día que empezamos a salir, nuestra primera vez…en esa caja estaba toda nuestra historia.
Entonces le abrace con todas mis fuerzas y le agradecí el precioso detalle y fui corriendo a buscar el mío, hacia 2 semanas que lo estaba preparando, eran dos cosas, un libro con nuestra historia y con las fotos que más me gustaban, que me había encantado estar haciéndolo porque fue como si me contaran nuestra propia historia y un marco de fotos con nuestra foto preferida.
Él empezó a leer nuestro libro, y se emocionó, antes de que llegara a la mitad, lo dejo a un lado y me dijo, “¿Cómo puedo tener tanta suerte? Eres genial, no sé cómo puedes estar con un idiota como yo, eres perfecta. Puede que sea, porque este idiota te ama infinitamente y se muere por ti.”
Sin dejarle mediar más palabras, le bese, esta vez con pasión y a la vez con ternura, y empecé a besarle el cuello, entonces me invadió su perfume, ese que me encantaba, y otro escalofrió me recorrió el cuerpo, ¿Cómo podía ser? Sentía como si mi cuerpo se descontrolara, lo mire y vi, que él sentía lo mismo, y sin más nos dejamos llevar por ese sentimiento que nos hacía llegar a la locura.
Al día siguiente me desperté con él a mi lado, me quede observándole, era como un niño, me encantaba, entonces me acerque y le bese suave para despertarle. Sonriendo me dio los buenos días y me dijo:
-¿Qué querrá mi princesa para desayunar?-El
-A ti, te quiero a ti, solo a ti- Yo
-Pues aquí me tienes, vas a poder repetir y todo, eh-El
Nos reímos juntos y le abrace, me encantaba el contacto con su piel, era una sensación increíble, y le dije:
-¿Sabes? En este momento no necesito nada más, lo tengo todo, soy increíblemente feliz a tu lado-Yo
-Y yo, odio no poder parar el tiempo cuando estoy a tu lado, ese sería mi mayor deseo, poder parar el tiempo y que las horas fueran días, y los días semanas, y no digo que las semanas meses, porque si no te cansarías de mi- dijo riéndose.
-No creo que sea posible cansarme de ti, pero bueno por si acaso lo dejaremos en semanas-dije aun riéndome.
-¿Y tu mayor deseo cual es?- Me dijo el
-No perderte nunca, te amo-Yo
-Y yo a ti- Él.


.....*


"La pena es que ni podemos parar el tiempo, ni congelar los sentimientos y mucho menos retenerlos, y cabe decir que nada, absolutamente es eterno."